Soy oficiante de ceremonias civiles y renovación de votos desde hace más de seis años. Mientras más lo hago más me gusta este oficio. Es una energía única la que se siente cuando estoy escribiendo la ceremonia, y más aún cuando tengo a la pareja enfrente mío de manera voluntaria para dar uno de los pasos más importantes de sus vidas.
Para oficiar una ceremonia solo necesito a dos personas que estén dispuestas a comprometerse y que cumplan con los requisitos legales. Yo no veo más allá. En todo momento aplico el respeto, lo que significa que oficiar ceremonias igualitarias es también un honor.
Sin embargo, quiero aclarar, que todo debe ser basado en el buen gusto, en lo protocolar del momento y repito, en el respeto. No apoyo el desorden, las vulgaridades, de ningún concepto en ninguna ceremonia.
Para casarte solo necesitas amor y seguir los pasos legales. Este momento es de Uds. y es para mí un verdadero honor, ser la oficiante de la ceremonia.
El amor no tiene que ser perfecto, solo tiene que ser sincero.